martes, 2 de marzo de 2010

Leipzig

Siempre se me ha dado bastante mal esto de tener un blog en el que mantener una cierta sistematicidad a la hora de escribir; me pasa desde pequeña, nunca pude tener un diario y escribir en él sin arrepentirme al minuto, releer lo escrito, pensar que "yo jamás quise decir eso", y acto seguido hacer un gurruño con la página. Pero no se, creo que va siendo hora de tener un espacio en el que contar idas y venidas, aventuras y desventuras ahora que estoy tan lejos de casa, de mis calles, mis desayunos guays con aceite, tomate y café, y mis ratitos de sol sevillano.

Por contra, he de decir que después de un invierno bastante jodido en cuanto a temperaturas diarias que nunca estaban por encima de 0, nieve constante (con el consecuente lío respecto a calles y direcciones, porque todo se escondía debajo de un espeso manto blanco y en ocasiones resplandeciente), hielo mortífero (aún no comprendo como no me he caído ni una sola vez), y bueno, todo aquello a lo que no estoy acostumbrada en un invierno "de verdad"... ahora la primavera empieza a asomar el hocico. A veces llueve un poco, lo justo, pero amanece con un sol amarillento y fuerte y... no se, a la primavera se le ve el plumero y creo que es justo lo que ando necesitando.

Tengo muchas ganas de ensayar para el coro, creo que el concierto de primavera (también conocido como Spring concert!) va a ser genial, hay tantas canciones que me gustan... como ejemplo, aquí un enlace a una canción yiddish: dona, dona. Nosotros sólo cantamos un verso en yiddish (el primero en este vídeo), el resto, dos versos en inglés y uno en alemán. Pero el acento yiddish es genialérrimo... es bastante difícil, y por eso me gusta tanto.

Chava Alberstein - Dona, dona

Ahora mismo estoy en plena mudanza, lo cual quiere decir que tengo un pie en el piso nuevo y un pie en la calle. Bueno, en la calle no... me quedo en casa de Johannes, mi "profesor de piano" (aunque creo que empieza a no funcionar, la confianza da asco y cuando me manda deberes de piano que me aburren, me niego a hacerlos, y ahí se queda la cosa... hasta que no se agencie un bambú o una fusta, poco hay para avanzar). Me gusta despertarme y beber té mientras él toca el piano, y escuchar Chopin, o Scriabin, mientras yo ensayo mentalmente para el coro.

Ah, y he decidido que quiero comprarme el ukelele con forma de calaverita de una sola cuerda, visto en el blog de Mikimono, e inicialmente recomendado por Lupo (y su increíble poder mutante). Una sola cuerda... ideal para mí! Una mezcla entre flojera e ineptitud total a la hora de formar acordes imposibles con los deditos.

Y con esto y un bizcocho... a lavarme los dientes y tirar para el instituto.

2 comentarios:

  1. http://www.youtube.com/watch?v=Bundg4--QnE

    Minuto 0:59 jijiji

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  2. la verdad es que eso de que tenga sólo una cuerda puede facilitar las cosas bastantes. ^-^
    Una gran sorpresa encontrar tu blog!

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