sábado, 13 de marzo de 2010

Hannover

Es mi quinto día en Hannover, y a pesar de encontrarme con un solazo los dos primeros días, ahora lleva desde antes de ayer gris y lluvioso con lo que ir a dar un paseo o a hacer fotos no es de lo más apetecible...

No obstante, creo que en breve iré al Instituto para tocar un poco el piano, mis dos paupérrimas melodías en proceso de aprendizaje, y quizá me atreva un poco con für Elise... el problema es que el piano al que tengo acceso allí es más viejo que matusalén, y tiene una resonancia rarísima... sobre todo en los tonos graves (mitad izquierda del teclado), es tocar una tecla de la manera más suave posible, y obtener un sonido super amplificado que tarda muchísimo en desvanecerse. Aún así creo que merece la pena practicar un poquito.

Por otra parte, llevo hechos 12 estudios ya, y creo que la cosa va dando resultados... los resultados que yo esperaba, claro está! Pero aun me queda la cosita de que, cuando lleve 30ypico (mi intención es estudiar 40 pianistas) el efecto se haya desvanecido... espero que no, porque si el efecto es "real", un número mayor de participantes no haría más que reforzar los datos, pero la cosa está ahí, ahí... así que deseadme suerte.

He de decir que, de tan sólo cuatro días que he pasado aquí, ya he conectado bastante bien con los tres investigadores que están en mi planta. El instituto es pequeñísimo, es en una casa antigua y cochambrosilla, de éstas con techos altísimos y suelos que crujen con un suspiro, y como consecuencia hay muy poquita gente trabajando allí. No es como mi instituto que cada día me cruzo con alguien en el pasillo que no he visto en mi vida... aquí todo es mucho más cercano, y es una sensación que me gusta. Aparte de que es super bohemio... cuando llegan como las nueve de la noche, tanto el post-doc (André, violinista) como la PhD (Felicia, pianista) se ponen a practicar, está todo en silencio y lo único que se escucha es a cada cual tocando sus instrumentos; es una sensación curiosa, aunque claro, ahí estoy yo ensayando para el coro con la garganta más seca que una mojama olvidada en un cajón, y con mis manitas torpes en el piano. Pero bueno, tiempo al tiempo.

Eso sí, el otro día me pasó con ellos una cosa bastante graciosa. Fuímos a almorzar a un buffet oriental, y como no, de postre tenían plátano frito. André se puso un plato, y dijo: I love bananas; a lo que Felicia contestó: I am a banana. Si alguien ha visto el vídeo de "Rejected" de Don Hertzfeldt, y es fan, comprenderá la cara que se me quedó. La miré fíjamente y le pregunté que qué había dicho. Ella, toda confundida, me dijo: I am a banana, a lo que André reaccionó cogiendo una cuchara, y dijimos los tres "my spoon is too big". Fue un momento de conexión friki increíble, nos estuvimos descojonando un buen rato a costa de esto porque para los tres, era la primera vez que conocíamos a alguien que ya fuera fan de este vídeo sin ser nosotros los que lo enseñáramos. Viva el humor absurdo.

Y hasta aquí puedo leer.

1 comentario:

  1. Esas casas cochambrosillas son de los mejores cosas de Alemania!

    Que gracia lo de la banana, tu y tus conexiones frikis, eso si que son poderes mutantes ;P

    Don Hertzfeldt no era el de Billy's Ballon?

    No estoy de acuerdo con eso de la mojama eh? tu voz es preciosa, siempre te lo he dicho

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